Atravesadas como otros espacios culturales por las restricciones impuestas por la pandemia que obligaron a reconfigurar el vínculo con el público, las bibliotecas públicas vuelven a ofrecer la opción de visitar sus archivos y ocupar sus salas para retomar el ritual de la lectura y la investigación, mientras se afianzan al mismo tiempo las consultas virtuales y la modalidad de préstamo a domicilio como otra forma de acceder al rico acervo de estos espacios.

Con el cierre debido a la pandemia, las bibliotecas incrementaron el volumen de publicaciones virtuales y establecieron otras formas de comunicación con los usuarios, por internet, y a través del préstamo domiciliario, modalidades que para muchos llegaron para quedarse por cuestiones de distancia y posibilidades de acceso, en un contexto donde las restricciones sanitarias aún continúan.

En los últimos meses, algunos de estos espacios volvieron a abrir sus puertas o están en vías de concretarlo, como la Biblioteca Nacional que recuperará la modalidad presencial a partir de este lunes. En muchos casos, ese regreso transcurrió con ritmo sostenido y dinámico, llegándose a cubrir en su totalidad los aforos establecidos para el uso de libros, videos, CDs, o diarios, lo que obligó a ampliar los horarios y días de atención al público.

La Biblioteca del Congreso de la Nación (BCN) abrió tempranamente para la consulta en sala con un aforo de 30 personas por turno. Los usuarios asisten previa solicitud de un turno, estableciendo día, horario, y el tipo de material que necesitan consultar, por la web, a través de https://bcn.gob.ar/la-biblioteca/reapertura-de-salas.

Para el ingreso, como sucede con todas las instituciones públicas o privadas a desde la irrupción de la pandemia, las personas deben llevar tapabocas, y pasar por controles de temperatura, ponerse alcohol en las manos y en el caso de esta biblioteca se lo invita a utilizar la cabina de sanitización de ozono.

En mostradores con mamparas acrílicas, el personal ingresa a la persona al sistema y le asigna un número de usuario, que se corresponde con el puesto de lectura, que consiste en una mesa y silla numeradas, con conectividad para el uso de sus dispositivos móviles.

Cuando finaliza la consulta o el tiempo de permanencia en las salas, el personal corrobora que la persona no posea materiales bibliográficos en préstamo, para poder retirarse.

Los libros, documentos y todo material consultado ingresa luego a un área destinada a la cuarentena por un período de 3 días, según disposiciones de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas y Bibliotecarios, según explicó Nora Román, directora de Referencia de la Biblioteca del Congreso.

En un primer momento, la cuarentena para materiales fue de 14 días, según recomendaciones de la Federación, pero después se redujo a tres, porque según algunos estudios el virus permanece algunas horas y según otros, tres días en las superficies con coberturas plásticas, por eso se establecieron los tres días.

En las bibliotecas de la Ciudad de Buenos Aires, la modalidad presencial de consulta en sala comenzó en cinco instituciones, desde el 17 de agosto pasado, donde las personas no solo pueden asistir para leer, sino que también lo hacen para trabajar o tomar clases y en la mayoría de los casos, lo realizan a través de sus propios dispositivos tecnológicos, sacando turno previamente de manera virtual a través de http://www.buenosaires.gob.ar/bibliotecas.

Como en todos los casos de asistencia de público, se cumplen con la sanitización de manos y calzado, toma de temperatura, distancia de 1.5 metro entre las personas, y uso del tapabocas durante toda la estadía en el espacio.

En el caso de las biblioteca populares del país, «predominan los préstamos de material bibliográfico a lxs socixs a domicilio y de materiales de archivo (documentación y bibliografía histórica, colecciones de fotos)», dijo Sebastián Ricardi, de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip).

Esto implica por ejemplo un mayor uso por parte de los usuarios del sistema de gestión bibliotecario Digibepé (propuesto por la Conabip), a partir del cual pueden acceder previamente al catálogo de las colecciones y reservar los libros de su interés, acercándose a la biblioteca solo a buscar el material.

La implementación de este servicio implica la incorporación de nuevos socixs y usuarios adolescentes y jóvenes. Esta tendencia de crecimiento de usuarios puede visualizarse en muchas BP ubicadas en las grandes zonas urbanas de provincias que aglutinan a la mayor cantidad de BP, como son Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.

Por otra parte, con la aplicación de rigurosos protocolos de cuidados sanitarios muchas BP habilitaron la posibilidad de permanecer en sala (respetando el aforo permitido).