Más de 2.200 personas privadas de la libertad de 31 cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) participaron de un encuentro sobre literatura, que impulsó el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense.

El programa busca la formación integral de las personas privadas de la libertad a través de talleres literarios, donde además de prácticas de lectura y escritura se trabajan normas y valores que promuevan una transformación y cambio de perspectiva de vida.

Del encuentro, que se realizó de modo virtual, participaron personas privadas de libertad de cárceles de La Plata, Sierra Chica, Bahía Blanca, Mercedes, Dolores, Junín, Mar del Plata, Florencio Varela, Magdalena, General Alvear, Barker, Ituzaingó, Lomas de Zamora, Campana y San Martín.

La reunión estuvo coordinada por el juez del Tribunal Criminal Nº 7 de Lomas de Zamora, Roberto Conti, y Julia Lescano, asesora del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, que junto al área de Cultura de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento y la Capellanía General del SPB llevan adelante la propuesta.

Lescano abrió el encuentro y destacó su implementación en las unidades penitenciarias “para la verdadera humanización, las personas tienen que salir a la calle mejor, en todos los sentidos, no solo cultural. Vamos por el ser humano”.

“Esto es histórico, porque ustedes pertenecen al primer programa ministerial que avala los pabellones literarios para la libertad, son los fundadores”, dijo y destacó que “es una apuesta muy importante que cuenta con el apoyo del ministro en decir ‘sí a la cultura y a todo lo que implica’.

Durante la jornada, se desarrolló un intercambio entre hombres y mujeres privados de libertad que contaron sus experiencias y expectativas en el programa.

También habilitaron sus micrófonos los talleristas y funcionarios penitenciarios. Entre las ideas, sentimientos y percepciones que compartieron destacaron «el valor de la palabra, el poder de los libros y el objetivo de que la experiencia se multiplique en contexto de encierro».

Para llevar adelante el programa, cada pabellón posee una biblioteca propia y los internos y talleristas tienen encuentros semanales donde abordan distintos textos de diversos autores y a partir de consignas, leen, reflexionan, analizan, debaten y elaboran producciones escritas.