La farmacéutica estadounidense Pfizer firmó un acuerdo con una organización auspiciada por la ONU para otorgar la licencia voluntaria de su píldora experimental contra el coronavirus y permitir así que otros laboratorios la fabriquen, una política opuesta a la que sostiene con su vacuna y que algunas ONGs igualmente ven como «restrictiva» por su alcance.

En un comunicado, la firma dijo que concederá una licencia de su píldora antiviral a la organización Medicines Patent Pool (MPP), con sede en Ginebra, lo que permitirá, una vez que obtenga la autorización de su uso, a que compañías de drogas genéricas puedan producir la pastilla en 95 países que abarcan el 53% de la población mundial.

Esto es un cambio de 180 grados respecto a lo que ocurre con su vacuna: Pfizer y otros grupos farmacéuticos son acusados de favorecer los ingresos económicos sobre la emergencia sanitaria al vender el inmunizante a los países ricos y acrecentar la brecha en el acceso frente a los de ingresos medios y bajos.

Además, los grandes laboratorios son, junto a la Unión Europea, Reino Unido y Suiza, los principales detractores de la suspensión temporal de la propiedad intelectual de los inoculantes que se debate sin consenso hace más de un año en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Una de las principales razones de la modificación de la posición de Pfizer es que su principal competidor en el mundo de los medicamentos orales contra la Covid-19, el laboratorio Merck, ya firmó un acuerdo similar con MPP para la producción de genéricos de su droga, el molnupiravir.

Ser el primero en lanzarse le permitió también a Merck contar con una gran ventaja: ya cuenta con autorización para su uso en países como Reino Unido, donde el ente regulador lo calificó como efectivo para reducir el riesgo de hospitalización y muerte en personas con Covid-19 leve a moderado que tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave

Al igual que ese tratamiento, el de Pfizer, que se comercializará como Paxlovid, debe administrarse en un plazo de 3 a 5 días desde la aparición de los síntomas.

De acuerdo a ensayos clínicos realizados por el laboratorio estadounidense, tiene una eficacia del 89% para prevenir una hospitalización o deceso entre los adultos que presentan un riesgo elevado de desarrollar una forma grave de la enfermedad.

Los tratamientos de Merck y Pfizer, que también tendrían pocos efectos secundarios, prevén diez dosis durante cinco días.

Un vocero de Unitaid, una iniciativa internacional que promueve el acceso al tratamiento de enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis en poblaciones de países en vías de desarrollo y que creó la MPP, dijo que los fabricantes de medicamentos genéricos «que reciban sublicencias podrán ofrecer el nuevo medicamento en asociación con el ritonavir, utilizado contra el virus del sida».

Si bien al acuerdo firmado incluye a varios países de ingresos bajos y medios-bajos que están muy atrasados en sus campañas de vacunación, Médicos Sin Fronteras (MSF) se mostró «desalentado» al calificar que su alcance es «restrictivo» por excluir a naciones que tienen una gran capacidad para fabricar genéricos, como el caso de Argentina.

«Esto nuevamente muestra cómo las licencias voluntarias se quedan cortas y no aprovechan toda la capacidad disponible a nivel mundial para una producción y suministro suficientes y sostenibles de instrumentos médicos que le salven las vidas a todos», dijo la asesora de políticas legales de la organización, Yuanqiong Hu.

«Muchos países de ingresos medios altos, como Argentina, Brasil, China, Malasia y Tailandia, donde existe una capacidad de producción genérica establecida, están excluidos del territorio de la licencia», añadió.

“Estamos desalentados al ver otra licencia voluntaria restrictiva durante esta pandemia mientras los casos continúan aumentando en muchos países. El acceso a las herramientas médicas contra la Covid-19 deben estar garantizado para todos, en todas partes, si realmente queremos controlar esta pandemia», apuntó.

Por el convenio, Pfizer no recibirá regalías por las ventas en los países de bajos ingresos y renunciará a sus regalías por las ventas en todos los 95 países que menciona el acuerdo mientras el coronavirus siga siendo considerado como una emergencia de salud pública de interés internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).