Los alegatos en el juicio oral para Ariel Osvaldo Báez, acusado del femicidio de Emma Córdoba y del intento de asesinato de Ana Laura González, ocurridos en 2017 en el partido bonaerense de Ensenada, comenzarán este martes en los tribunales de La Plata.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 platense, a cargo del debate, dispuso también que tras el alegato de la fiscal Silvina Langone y de la defensa los jueces Carmen Palacios Arias, Ezequiel Medrano y Andrés Vitali darán a conocer su veredicto.

En ese sentido, la joven sobreviviente pidió «perpetua para este monstruo» y se mostró confiada en obtener justicia.

«La peor parte, la más difícil, que fue declarar y luego la rueda de reconocimiento, ya pasó. Ahora solo resta esperar que todas las pruebas que se presentaron durante estos días nos den el resultado que buscamos y esperamos durante estos 4 años y medio», dijo Ana Laura.

En la última audiencia, llevada a cabo el martes pasado, declararon varios testigos, entre ellos, genetistas, peritos de la Policía Científica y de la Asesoría Pericia que brindaron detalles técnicos del caso sobre las evidencias encontradas en la casa del acusado: y un vecino.

Un día antes, Ana Laura había identificado en rueda de reconocimiento a Báez como el autor del ataque contra ella y la asesinada Córdoba en una diligencia que se llevó a cabo en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) La Plata.

«Creo que está acreditada no sólo la materialidad ilícita sino la materialidad responsable de este sujeto», indicó Jerónimo Guerrero Iraola, abogado de la víctima sobreviviente.

El letrado destacó la labor realizada durante las audiencias por la fiscal y remarcó que él pondrá el énfasis «tanto en el daño individual y subjetivo que sufrió Ana Laura y la idea de que hay que construir judicialmente un contramensaje que lleve a pensar que no puede seguir existiendo este tipo de actos que constituyen un cercenamiento de la libertad de las mujeres y un daño concreto al derecho humano de tener un proyecto de vida».

«Por la magnitud del daño, le cabe la más grave de las sentencias. Creo que la discusión no estará centrada en la autoría ni en la calificación, que están probadas. Por eso, vamos a poner el eje en solicitar que el fallo tenga perspectiva de género y sea ejemplar», cerró Iraola.

El ataque ocurrió el 8 de julio de 2017, en una vivienda de la calle 126, entre 5 y 7, de Punta Lara, donde Emma se hallaba estudiando junto a Ana Laura.

En su declaración durante el juicio, la sobreviviente pidió que el acusado se retire de la sala y afirmó ante el tribunal: «Fue Ariel Báez. El mismo que me había presentado hacía un rato Emma.»

La joven explicó que lo reconoció por el nombre, ya que la víctima durante el ataque se refería a él como «Ari», y porque «tenía la misma ropa» y el «tono similar de voz» que el vecino que se cruzaron momentos antes de que irrumpiera en la vivienda donde ocurrieron los hechos.

Y relató que ese día llegó a Punta Lara en colectivo y fue recibida por su amiga Emma.

«Fuimos al quiosco a comprar una cerveza y luego a su casa. Nos encontramos con este hombre. Nos saludó y se puso a hablar con Emma. Era su vecino. Nos presentó. Caminó unos metros con nosotras e ingresó a la casa de al lado de la de Emma», recordó.

Según Ana Laura, luego de cenar y escuchar música, Emma le pidió que abriera la puerta para que ingresaran los perros.

«Abrí la puerta y reja de entrada y una figura se abalanzó con un arma en la mano. Ahí no lo reconocí. El forcejeó y me metió, ya adentro le preguntaba a Emma dónde estaba su pareja, Damián», señaló.

Luego repasó que el hombre, tras preguntar cuándo llegaría el marido de la amiga, les dijo «que no era con ellas sino con él» y que «iba a aprender a no meterse con él».

Tras ello, declaró que portaba un arma «con tambor y caño largo», que las golpeó, y agregó que Emma intentó defenderse con una botella.

«Emma me dijo que éramos dos y podíamos contra él. Le dije que no lo enfrentemos porque estaba armado pero ella le pegó con una botella. Él la golpeó y ahí nos golpeó a las dos», añadió.

De acuerdo a la sobreviviente, una vez en la planta alta de la casa, abusó sexualmente de ambas y las ató, para luego rociarlas con alcohol y encender fuego.

Cuando escuchó la puerta de la entrada de la vivienda cerrarse, Ana Laura, dijo que encontró un cuchillo y logró desatarse.

«Fui a ver a Emma y estaba inconsciente. Le tomé el pulso y tenía. Le pedí que aguantara, que la iba a sacar de ahí», afirmó y agregó que momentos después logró salir de la casa y pidió ayuda a un muchacho.