Cientos de personas acompañaron este martes a los padres de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes en el verano de 2020 a la salida de un boliche de Villa Gesell, en un emotivo homenaje realizado al cumplirse el segundo aniversario del crimen, que finalizó con la madre de la víctima descompensada tras pisar el lugar donde su hijo fue atacado.

El acto comenzó pasadas las 19, cuando bajo una incipiente lluvia los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, acompañados por su abogado, Fernando Burlando, se presentaron ante cientos de personas reunidas bajo la lluvia en la avenida 3 y el paseo 102, frente al local bailable Le Brique, en pleno centro geselino, donde hace dos años Fernando fue asesinado a golpes por un grupo de rugbiers.

Los padres del joven fueron recibidos con aplausos y al grito de «justicia» por los manifestantes, quienes lo apoyaron en su primer viaje a esa ciudad desde el crimen.

El orador de la noche fue Juan Pablo Rolón, amigo de la familia Báez Sosa, quien pidió a todos los presentes que levanten los carteles con la cara de Fernando para darles fuerzas a sus padres.

La primera en tomar la palabra fue Silvia, ahijada de Silvino, quien pidió justicia por Fernando «y por cada víctima de violencia».

Luego fue el turno del titular de la ONG 18 de Diciembre por el Migrante, Diego Laterza, quien sostuvo que «no hay paz sin justicia y no hay justicia con impunidad».

El acto continuó con una oración pronunciada por los referentes de cinco religiones: la católica apostólica, la anglicana, el judaísmo, la musulmana y la mormona.

En ese marco, tomaron la palabra Miguel Steuermann, director de Radio Jai en América Latina; Marcelo Benavidez, diácono de la Parroquia de Villa Gesell; Eric Escala, arzobispo de la Iglesia Anglicana en Argentina; Jorge De Ángelo, representante de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; Juan Piriz, pastor de la ciudad y, por último, el Imam Marwan Gill, presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina.

Los líderes religiosos realizaron una plegaria según su credo para pedir «justicia y paz» tanto para los padres de Fernando como para toda la sociedad.

Cerca de las 20, Silvino subió al escenario y reclamó varias veces «Justicia» por su hijo, pedido que fue acompañado por los aplausos de todos los presentes.

«Fernando era un chico excelente, le gustaba Villa Gesell, le gustaba venir a ver el mar y pasarla lindo con sus amigos», expresó el hombre visiblemente emocionado.

Sobre los rugbiers detenidos por el crimen, el papá de Fernando dijo que «decidieron quitarle la vida» a su hijo, por lo que pidió apoyo hasta que la causa finalice en un juicio.

Por su parte, Graciela, mamá de Fernando, expresó: «Han pasado dos años y para mí es como si fuera ayer cuando recibimos la peor noticia de nuestras vidas».

«Que esto no quede en la nada, quiero justicia por mi hijo», agregó Graciela, quien sostuvo que su vida «está destrozada para siempre» ya que era Fernando quien les «daba fuerza» para seguir y los «cuidaba».

«La forma en que nos arrebataron a mi hijo es imperdonable, lo que le hicieron…por eso luchamos y tratamos de ser fuertes para seguir pidiendo justicia», señaló.

La mujer, abrazada en todo momento por su marido, sostuvo que sus vidas «están destrozadas para siempre», ya que perdieron «lo mejor» que tenían,

«Era nuestro único hijo, era todo para nosotros, el que nos daba alegría, el que nos daba la fuerza para luchar y teníamos esperanza en que el día de mañana seria él quien nos cuidara, sin embargo, perdimos todo, nunca tendremos un nieto, nunca veré a mi hijo cuando se reciba, que era lo que yo más anhelaba», dijo Graciela ante los manifestantes.

Y cuando se refería a que no es fácil estar en el lugar donde asesinaron a su hijo y que querría «solo un minuto» para poder abrazarlo, Graciela se descompensó y debió ser trasladada en ambulancia al Hospital Arturo Illia, de Villa Gesell, donde fue atendida por una lipotimia.

«Le dieron un calmante, la hidrataron y está cerca de tener el alta», dijo su abogado, Fernando Burlando, a Télam.

Durante el acto, acompañaron a los padres de Fernando distintos referentes de organizaciones sociales o simplemente víctimas de hechos de violencia.

Consultados por Télam, varios jóvenes de la edad de Fernando que pasan sus vacaciones en Villa Gesell, dijeron que tras lo ocurrido con Fernando «los boliches están más tranquilos».

«Con mis amigos tratamos de no ´chocar´ con grupos de varios jóvenes para que no se genere ninguna discusión», expresó uno de los chicos consultados.

«Desde que pasó lo de Fernando nos cuidamos más, no queremos que nos pase, solo queremos salir y divertirnos», agregó el joven.