La actriz, cantante y compositora Juana Molina ofreció este domingo un envolvente show en el Centro Cultural Kirchner (CCK), donde junto al baterista y percusionista Diego López de Arcaute hizo vibrar al público con grandes versiones de algunas canciones que marcaron sus 22 años de trayectoria, en la que conviven la música electrónica y psicodélica, el folk, el pop, el rock y el punk.

Después de un aplauso cerrado, llegó al escenario del Auditorio Nacional Juana Molina, dando inicio (a las 20 como estaba anunciada) a un concierto impecable, lleno de ritmo, melodías etéreas y circulares, bases potentes y una voz que fue creciendo a medida que transcurrió la noche.

La artista decidió comenzar nada menos que con la potente “Martín Fierro”, primera canción de “Segundo” (2000), que en su momento significó un nuevo punto de partida tras su debut con “Rara” (1996) y el comienzo de un estilo y un modo minucioso de componer.

“¡Te amo!” y “¡Vamos, Juana!”, fueron algunas de las expresiones de cariño que llegaron del público a la reconocida cantante y multiinstrumentista, quien envuelta en un vestido suelto y corto de colores se impuso desde su voz inconfundible (permeable a diferentes efectos sonoros ), sus personales letras y un universo musical atemporal que fue atravesando diferentes climas.

“Estoy un poco muda, siempre me dicen que le hable a la gente, que a la gente le gusta, pero a veces no se me ocurre nada, por eso no dije nada, no es de mala”, dijo promediando la noche y contando con la complicidad de la audiencia, en su mayoría joven.

Parada, tocando el teclado o alguna de sus dos guitarras, Molina, de 59 años, volvió a contagiar frescura y a demostrar que puede cantar, grabar su voz en el momento y luego entonar una nueva melodía sobre lo registrado sin equivocarse, algo que también hace con sus otros instrumentos (los famosos «loops»); siempre custodiada por el toque preciso de su compañero y “querido” -así lo presentó- Diego López de Arcaute.

“Lo decidí yo”, “Un día», y el bailable ”Eras” fueron algunos de los temas más ovacionados de una noche en la que la hija del cantante Horacio Molina y la actriz Chunchuna Villafañe expresó estar muy contenta de tocar en ese espacio.

«El otro día en el techo de mi casa oía a la lluvia, era igual que el sonido de sus aplausos», dijo en otro momento de la noche, devolviendo el afecto al público que la aclamó en cada pasaje de silencio,

La cantante también agradeció el trabajo realizado para el espectáculo de Federico Mayol y a Mario Agustín de Jesús González (ambos fundadores junto a Juana del flamante sello Sonamos) y a los técnicos de iluminación que acompañaron cada canción marcando el pulso y en muchos casos profundizando un sonido hipnótico que prevalece en diversos pasajes.

“Un día voy a ser otra distinta, voy a hacer cosas que no hice jamás, no va a importarme lo que otros me digan, ni va a importarme si no resultará”, canta Juana Molina en “Un día punk”, otra de las canciones que brilló este domingo y que de algún modo refleja la historia de la actriz que renunció al éxito y quien luego de algunos años se convirtió en una figura reconocida por su música en el extranjero y en su país.

El show se realizó en el marco del ciclo gratuito de conciertos “Música Argentina para el mundo” que se lleva adelante de manera gratuita en la Sala Argentina y en Auditorio Nacional del centro cultural ubicado en Sarmiento 151.

La iniciativa inaugurada el sábado 8 de enero por la cantante folclórica Silvia Gómez tiene por objetivo apoyar a la industria musical y promover su desarrollo en el ámbito del tango, folklore, rock, jazz, y la canción.

Continuará el jueves 27 con Astillero, grupo creado por el pianista Julián Peralta en 2005 y parte del tango actual argentino, que hará en vivo algunos de los temas de sus cinco discos.

El programa “Música Argentina para el mundo” es una propuesta del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Turismo y Deportes, que se realiza con entrada gratuita cuya reserva debe gestionarse en www.cck.gob.ar .