Córdoba: el Tren de las Sierras extendió su recorrido y llegará a La Cumbre  en el verano | Regionales | La Voz del Interior

Más de 76 mil personas viajaron entre enero y marzo en el Tren de las Sierras, en Córdoba, uno de los mejores trenes turísticos con los que cuenta el país y que, además, constituye un medio de comunicación entre localidades del Valle de Punilla, que crecieron, precisamente, a la vera de este ramal del ferrocarril Belgrano.

Desde el año pasado, el tren une la ciudad de Córdoba con Valle Hermoso, recuperando así una buena parte de su recorrido original y, aunque su paso es lento, el costo del boleto muy por debajo del colectivo, compensa y permite que, más allá de los turistas, muchos lugareños lo utilicen para sus actividades cotidianas.

Un servicio de ida y vuelta a la mañana y otro a la tarde, a lo que se suman también uno a la mañana y otro a la tarde entre Cosquín y Valle Hermoso, se convirtieron en los últimos meses en un elemento casi indispensable para los habitantes serranos.

Si bien no hay una estadística diferenciada respecto a cuántos de los 76.585 pasajeros transportados entre enero y marzo son locales y cuántos son turistas, los que están a cargo de la operación del tren, confiaron que «son más de los que esperábamos en un principio», aunque aclararon que «mayoritariamente los que viajan, son turistas».

La agencia Télam realizó el viaje entre Valle Hermoso y la localidad de La Calera, que es el punto en el cual se cruzan los dos servicios, el que viene de Córdoba con destino a Valle Hermoso, con el que llega desde Valle Hermoso hacia Córdoba. La Calera es también, la estación en la cual se inicia el tren suburbano de la capital cordobesa. Otro servicio inaugurado el año pasado y que se está llevando adelante con una gran respuesta de la población.

Durante el trayecto, de alrededor de dos horas y media, se pudo apreciar que, una parte del pasaje estaba haciendo lo mismo que este equipo periodístico: subir en una de las estaciones intermedias, llegar hasta La Calera y luego allí, tomar el tren de regreso a su lugar de alojamiento.

Es que el tramo entre Bialet Massé y La Calera, es el más pintoresco, un verdadero regalo para los ojos.

El tren transita por las márgenes del lago San Roque, cruza ríos por puentes estrechos, atraviesa túneles y rueda pegado a la pared de los cerros de un lado y con el río cristalino del otro.

Roxana es del Sur patagónico y está de visita en lo de su madre Mónica, radicada en La Falda, y junto a su hermana Silvana y los hijos de ésta, Joaquín de 9 y Sebastián de 6, están viajando por primera vez en el tren.

«Yo hice este viaje varias veces, pero ellas (por Roxana y Silvana) y los chicos, nunca habían viajado», comentó Mónica.

«Esto es maravilloso, mi madre siempre me decía lo hermoso que era el viaje, pero realmente estoy sumamente sorprendida porque el paisaje es inigualable», detalló Roxana.

Liliana y Aurora son de Jujuy y están alojadas en Río Ceballos, pero se tomaron un colectivo desde esa localidad hasta Valle Hermoso, para subirse al tren y hacer el trayecto hasta La Calera y luego regresar. «El viaje es impresionante», dijeron a dúo.

Claudio vive en Puerto San Martín, cerca de Rosario y es un fanático de los trenes. «Hace rato que quería hacer este viaje de nuevo. Ahora se puede llegar hasta Valle Hermoso, pero ojalá que pronto llegue hasta Capilla del Monte y hasta Cruz del Eje, como era antes.

Serena y Luis son una pareja que están disfrutando de unos días de descanso en Huerta Grande. «No sabíamos de este tren, nos enteramos por verlo pasar cuando llegábamos y nos dijeron que hacía un recorrido por las sierras muy lindo y por eso vinimos», indicó Serena, mientras Luis no para de sacar fotos, buscando de un lado a otro del vagón, la mejor imagen.

Pero también una buena cantidad de pasajeros viajaban hasta el destino final de la estación Mitre de Córdoba, o venían desde ese punto hacia algunos de los pueblos en Punilla.

Mario es carpintero y todos los días viaja a la mañana desde Valle Hermoso a Cosquín y regresa en el tren de la tarde. «Es la única manera de que me rinda lo que gano. Si tuviese que hacer esto en colectivo, dejo la mitad de mis ingresos», reflexionó.

Anselma es jubilada y por lo tanto goza de un buen descuento en el pasaje. «Yo viajo siempre, voy a ver a mi hija que vive en Santa María de Punilla y a veces a una amiga en Bialet Massé. Tarda más que el colectivo, pero es más barato y acá voy cómoda y tranquila», destacó.

Cristian Valdiviesa es el conductor del Coche Motor, hace siete años que dejó su lugar en la Línea San Martín de Buenos Aires y se trasladó con su familia a Cosquín, donde reside actualmente. Lo acompaña Cristian Carniel, el ayudante, también operario anterior de la Línea San Martín en Buenos Aires y ahora radicado en Punilla.

«No cambio esto por nada, acá se respira y es mucho más tranquilo. A pesar de la escasa velocidad que podemos desarrollar, el tren circula en horario y sin mayores dificultades», relató.

La falta de un sistema automático de barreras, hace que, ante cada paso a nivel habilitado, dos operarios que viajan en el tren, deban descender y, con banderillas, detener el paso de los automóviles, mientras la formación espera, detenida, que los vehículos acaten el cierre del paso. Recién allí puede continuar su marcha.

La velocidad que desarrolla es de entre 22 y 25 kilómetros por hora, y el trayecto hasta La Calera demanda 2,20 horas, pero podría ser menor el tiempo si se colocasen barreras que se controlan desde la cabina en el tren, como algunas de las hay en el recorrido o se ubicase a personal en cada paso a nivel, para que el tren no tenga que detenerse, algo en lo que desde Trenes Argentinos están trabajando para resolver.

Aun así, el tren viaja con una altísima ocupación entre lunes y viernes, pero completo durante los fines de semana.

Pero no todas son rosas. Un grupo de menores vándalos arremete con enormes pedradas al paso de la formación, muy cerca de la estación de Valle Hermoso, astillando los vidrios de los vagones.

«Son unos menores, los mismos siempre. Viven del otro lado de la calle antes del último paso a nivel. Si bien no hay peligro para los pasajeros porque los vidrios están preparados para no romperse, el daño para el patrimonio es mucho. Es necesario que las autoridades policiales intervengan porque pasa seguido», dijo Matías Vrabac, guarda del tren.