La posibilidad cierta de que la Argentina ingrese como miembro pleno a los Brics, el grupo de naciones y potencias emergentes que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, abre para el país una potente perspectiva que impactaría de lleno no sólo en su desarrollo económico, sino que redundaría en un nuevo posicionamiento geopolítico.

La dependencia que países emergentes, como la Argentina, evidencian con el sistema financiero internacional, las asimetrías que ellos tienen en sus vínculos con las potencias del norte y la exigencia de reformulación de los organismos multilaterales y mecanismos de gobernanza global, ubican al Brics como un nuevo polo de contrapeso en un orden mundial aún dominado por Estados Unidos y potencias europeas.

La Argentina dio la semana pasada un paso más en su estratégica alianza con los Brics con la participación del presidente Alberto Fernández en la XIV Cumbre de Jefes de Estado del espacio, en la que pidió formalmente el ingreso del país a este grupo de fuerte peso geopolítico y económico que une a las dos potencias más grandes después de Estados Unidos (China y Rusia) con emergentes de Asia, África y América Latina.

«Aspiramos a ser miembros plenos de este grupo de naciones que ya representa el 42% de la población mundial y el 24% del producto bruto global», dijo el mandatario argentino al exponer el viernes pasado en forma virtual desde la Residencia de Olivos en la jornada de cierre del evento que tuvo a China como anfitrión, por estar a cargo de la presidencia pro-témpore del foro.

Allí, expresó el «entusiasmo» de Argentina por formar parte de un mecanismo capaz de «coordinar políticas que potencien la agenda de los países del Sur global», al evaluar que «los Brics constituyen una plataforma con enormes capacidades para discutir e implementar una agenda de futuro que nos lleve hacia un tiempo mejor y más justo».

Durante la cumbre que tuvo el foco puesto en el desarrollo global sustentable hacia 2030, el presidente anfitrión, Xi Jinping, planteó formalmente a los otros miembros considerar la posibilidad de expandir el grupo.

A cargo este año de la presidencia rotativa de los Brics, China promueve activamente sumar a más países a la iniciativa, en medio de la competencia económica global que mantiene con Estados Unidos y las fuertes y crecientes inversiones que el gigante asiático viene volcando hacia América Latina.

En ese contexto, al encuentro que culminó el viernes fueron invitados, además de Alberto Fernández, otros 12 presidentes extra bloque, entre ellos los jefes de Estado de Indonesia, Egipto, Kazajistán, Senegal, Tailandia y Argelia.

«Para Argentina, tener un ámbito donde se expresa el sur global es relevante», declaró a Télam y a otros medios nacionales desde Nueva York, el canciller Santiago Cafiero, luego de exponer ante el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y horas antes de acompañar a Alberto Fernández en la Cumbre Brics.

Consideró además que como ámbito «donde se debate y se expresa la agenda de las economías emergentes» en la búsqueda de «mecanismos de integración», los Brics evidencian una «potencialidad económica».

Para el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, el «espíritu multilateral promovido por los Brics, en el que la voz de los países emergentes cobra centralidad y la cooperación compartida se constituye como un instrumento real para el desarrollo», hace de este espacio el «ámbito natural para las naciones en vías de desarrollo que buscan cambiar las asimetrías generadas por el actual orden global».

El diplomático analizó además que los Brics ampliados «sin dudas promoverán un orden global más armónico, donde la cooperación reemplace a la confrontación, el desarrollo productivo a la especulación financiera, el principio de respeto mutuo al intervencionismo unilateral, la integración económica a las sanciones anacrónicas y la transferencia de tecnología a los bloqueos tecnológicos».

El posible ingreso al bloque podría significar para Argentina -que como otras economías emergentes tienen una fuerte dependencia al dólar- una salida ante las dificultades que representa la restricción externa para la salud macroeconómica del país y el sostenimiento de su crecimiento económico, como así también una interesante fuente de financiamiento para grandes proyectos en infraestructura.

Los Brics apuntan a jugar un rol central en promover una nueva arquitectura financiera Internacional con la creación del Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics (BND), junto al acuerdo de Reservas de Continencias (ARC) como instrumentos para la estabilidad macroeconómica global orientada a la productividad y a promover un nuevo orden mundial multipolar.

Bajo esa premisa, el BND busca a apuntalar los déficits de infraestructura que tienen los países emergentes con el financiamiento de proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible, para lo que ya cuenta con un programa proyectado para 2022-2026, que contempla asistencia financiera para los países miembros por 30 mil millones de dólares.

Con el fin de fortalecer la red de protección financiera mundial, el ACR tiene un objetivo preventivo, en términos de enfrentar crisis de liquidez o la volatilidad de los mercados ante la retirada de estímulos monetarios.

Para ello, actualmente funciona como un acuerdo de swaps de monedas por unos 100 mil millones de dólares.

Ante la «postergación» que «históricamente» han sufrido los países emergentes en los organismos, Vaca Narvaja juzgó que el «fortalecimiento del BND es un paso decisivo para conformar una nueva arquitectura financiera basada en la producción y el desarrollo» y remarcó que «la propuesta de uso de monedas propias» alternativas al dólar para las inversiones y el comercio entre sus socios «cumplirá un rol determinante en la economía mundial».

Justamente en su intervención ante los Brics y como mandatario de un país que soporta un fuerte endeudamiento externo, el presidente argentino volvió a plantear la necesidad de lograr una nueva «arquitectura financiera mundial que tenga en cuenta las necesidades del crecimiento, del comercio, de la inversión y fundamentalmente, del bienestar que la humanidad reclama».

Fernández, quien habló allí en su doble condición de mandatario argentino y presidente pro-témpore de la Celac, evaluó que «el peso institucional y económico de los Brics puede convertirse en un factor de estabilidad financiera» y remarcó que «la expansión» del NDB puede servir como «un instrumento útil para fortalecer las infraestructuras nacionales».

En abril pasado, el ministro de Economía brasileño Paulo Guedes dijo que su país propondrá a los otros miembros del Brics el ingreso de la Argentina al NBD, un anuncio que en aquel momento coincidió con una visita a Brasil del ministro de Economía, Martín Guzmán, y que fue informado por la agencia O’Estado.