River 0-Vélez 0

River Plate quedó eliminado por Vélez Sarsfield al empatar sin goles en el estadio Monumental después del 1 a 0 favorable a los de Liniers en la ida, en una noche con polémicas originadas en el VAR, y ahora el «Fortín» se enfrentará a Talleres, de Córdoba, en cuartos de final, luego de que éste dejara en el camino previamente a Colón, en Santa Fe.

La noche en el Monumental estuvo justamente envuelta por una gran polémica a raíz del gol anulado al cordobés Matías Suárez, a instancias del VAR, por el árbitro chileno Roberto Tobar, ante una supuesta mano que aparentemente no cometió, cuando faltaban 10 minutos para el final.

La repetición en cámara lenta, una y otra vez, mostró que el atacante de River no tocó la pelota con la mano y le ganó la posición de forma lícita al defensor uruguayo Matías De los Santos.

Tobar, que estaba dispuesto a cobrar el gol de River, fue llamado por el VAR y durante largos cinco minutos, ante la presión de un Monumental lleno, anuló el gol del ingresado Suárez.

Con este resultado, Vélez jugará los cuartos de final ante Talleres, de Córdoba. que eliminó a Colón con el triunfo 2-0 (1-1 en la ida).

River, en el partido 400 de Marcelo Gallardo como entrenador, salió a buscar a Vélez desde el inicio, urgido por revertir la serie, y a los dos minutos de juego dispuso de una chance muy clara, cuando Braian Romero definió cara a cara ante Lucas Hoyos, luego de una sucesión de toques por el centro, y su remate dio en el palo derecho.

El mediocampo de River se vio revitalizado con el ingreso de Rodrigo Aliendro desde el arranque, el regreso de Nicolás De La Cruz y el buen nivel de Enzo Pérez.

Julián Álvarez, en su último partido con el club que lo vio nacer (se va a Manchester City), exigió a la defensa velezana constantemente en los minutos iniciales, pero le faltó mayor entendimiento con Braian Romero.

Vélez esperó a River. Con la diferencia a favor, el equipo de Alexander Medina jugó concentrado, sin ceder espacios y atento a cualquier falla de River.

Con esa estrategia, Vélez estuvo cerca. El chileno Paulo Díaz cometió dos errores en la salida que propiciaron el remate de Walter Bou primero y Lucas Janson después. En ambos, Franco Armani resolvió con solventes atajadas.

A diferencia del partido de ida, River jugó mucho mejor y evidenció mayor firmeza en la última línea con el ingreso por david Martínez de Jonatan Maidana, el experimentado defensor del mil batallas.

El zaguero ganó cada salto, anticipo y pelota dividida en su lucha con Lucas Pratto, quien recibió una ovación en la previa y en su reemplazo, por su pasado glorioso en la definición de la Copa Libertadores 2018 ante Boca.

River hizo el gasto en el primer tiempo, pero sin premio. Si bien dispuso de la pelota, las llegadas de peligro al arco defendido por Hoyos fueron pocas.

Para el segundo tiempo Gallardo mandó a la cancha a Juan Fernando Quintero y Matías Suárez, en su reaparición luego de una lesión, pero el equipo perdió claridad. Los minutos transcurrían como la persistente llovizna en la fría y brumosa noche de Buenos Aires. A medida que el reloj avanzaba, los hinchas de River que coparon el Monumental, empezaron a impacientarse.

Armani y Maidana mantuvieron en partido a River después. El arquero tapó el mano a mano, a los 31 minutos, ante Abel Osorio, y Maidana la despejó al córner.

Gallardo movió el banco y mandó a Esequiel Barco, el futbolista que lanzó el centro por izquierda y encontró el cabezazo de Suárez para el 1-0, pero el VAR, de forma inexplicable, anuló la jugada.

River luego protestó ante Tobar y pidió VAR por dos jugadas puntuales: una presunta mano en el área y un golpe a Beltrán del debutante defensor uruguayo Diego Godín, pero no tuvo eco.

La ilusión de River recibió un golpe muy duro que no pudo revertir hasta el pitazo final de Tobar por la resistencia de su rival. El «Millonario», aplaudido por su gente y con abucheos al chileno, no pudo quebrar a Vélez y cuando lo hizo, fue perjudicado.

Colón 0-Talleres 2

Talleres, de Córdoba se metió en la historia grande del fútbol sudamericano al clasificarse por primera vez para los cuartos de final de la Copa Libertadores al vencer a Colón, en Santa Fe, por 2 a 0, luego del empate 1 a 1 de la ida en el estadio Mario Kempes la semana pasada.

Colón intentó hacer valer su localía en el arranque del partido y lo logró, ya que ejerció el protagonismo de su desarrollo a partir de la posesión del balón y la creación de las mejores opciones de riesgo en las inmediaciones del área cordobesa.

Pero todo le duró a los santafesinos la cuarta parte del encuentro, vale decir hasta promediar la primera etapa, cuando de a poco Talleres le fue quitando la pelota y empezó a manejarla con criterio y fluidez.

Y se vio entonces que la «T» contó con una mejor disposición de la pelota cuando le tocó ser el dueño del partido que Colón en la misma circunstancia, poniendo de manifiesto así las características de juego que proponen ambos entrenadores.

Es que mientras Julio Falcioni (pudo ser su último partido como director técnico colonista, luego de ganar apenas uno de los últimos 18 últimos encuentros del campeonato local) no «siente» el fútbol desde el control del balón, su colega portugués, Pedro Caixinha, pregona justamente eso, y si sus jugadores entienden el mensaje, como se observó este miércoles que lo hacen, entonces todo fluye con mayor facilidad.

Pero a esto Talleres le adosó continuidad en el dominio de las acciones, porque no solamente finalizó el primer período en pleno dominio del encuentro, sino que de la misma manera empezó el segundo.

Y ese arranque del complemento se vio rápidamente recompensado porque en esa fusión tan antigua como el fútbol mismo de «una corta y una larga», cuando apeló a esta última a los dos minutos, Matías Godoy le ganó la espalda al lateral izquierdo rojinegro Rafael Delgado, llegó al fondo y lanzó un centro atrás, a ras del piso, que fue conectado a la red en el primer palo por Federico Girotti.

Pero esto, en vez de acicatear el orgullo herido del local ante su gente, tuvo el efecto inverso, porque estimuló aun más la aplicación de ese espíritu de juego en el conjunto «tallarín», que siguió buscando ahora rematar la faena, y dispuso de oportunidades como para hacerlo.

De hecho merodeó con claridad el área defendida por Ignacio Chicco y el propio Girotti lo hizo revolcarse un par de veces, una de ellas salvada «in extremis» por el guardavalla de los anfitriones.

No se resignó Talleres en su búsqueda, y solamente pasó 10 minutos de asedio cuando Colón, arengado por su gente, intentó torcer una historia que parecía tener un final cantado.

Entonces Caixinha hizo una correcta lectura de la situación y produjo el retorno a la cancha del colombiano Diego Valoyes para aprovechar alguna contra que le bajara anticipadamente la cortina al marcador.

Pero no pudo hacerlo y entonces el conjunto albinegro tuvo algún sufrimiento innecesario, como cuando Ramón «Wanchope» Ábila quedó mano a mano con Guido Herrera y el también colombiano Rafael Pérez lo despojó del balón cuando iba a ajusticiar al arquero de Talleres.

Entonces Colón, que ya no tenía a Rodrigo Aliendro y que hoy despidió a su compañero de mitad de cancha, Federico Lértora, que ayer cumplió 32 años y se marcha a Tijuana, de México, mantuvo además en el banco a su «joya», Facundo Farías, hasta los 10 minutos del complemento, y ese clima de adiós se vio reflejado en la cancha ante una instancia decisiva de un equipo sin el hambre de gloria de su rival.

Y para que que la noche le resultada redonda a Caixinha en particular y a Talleres en general, otros dos ingresados en el segundo tiempo construyeron la jugada del segundo y definitivo tanto: Diego Ortegoza manejó perfectamente los tiempos de un contraataque y habilitó oportunamente a Ángel Martino para que el sobrino del entrenador de Ecuador, Gustavo Alfaro, sellara el resultado y la clasificación con un zurdazo bajo y cruzado.

E hizo historia Talleres, que se convirtió cronológicamente en el primer equipo argentino en clasificarse a los cuartos de final de esta Copa Libertadores, un hecho inédito para el club cordobés que hoy contó con 2.000 hinchas en el estadio colonista, quienes terminaron celebrando alborozadamente juntos este hito imborrable para el fútbol de su provincia.

Colón y Talleres comparten el 22do. lugar en el campeonato de la Liga Profesional, pero mientras el santafesino sufre la diáspora el otro disfruta de la renovación, y todo eso afecta la mentalidad y el ánimo. Por eso también Talleres, que ya había hecho historia al pasar a estos octavos de final, hoy pudo seguir acrecentando la misma. Y quien sabe cual será su techo.