Boca 1 (2)-Patronato 1 (3)

La final impensada de la Copa Argentina 2022 la jugarán el próximo domingo Patronato, de Paraná, con Talleres, de Córdoba, luego de que este miércoles el conjunto entrerriano, descendido a la Primera Nacional, superó por 3 a 2 en la tanda de penales nada menos que al reciente campeón de la Liga Profesional, Boca Juniors, luego de empatar 1 a 1 en los 90 minutos regulares, con otra heroica tarea de su arquero, Facundo Altamirano, que volvió a atajar tres como en la serie previa ante River.

El desarrollo del primer tiempo entre el ´flamante campeón de la Liga Profesional, Boca, y el recién descendido, Patronato, no desnudó esas realidades, sino otras ligadas exclusivamente con el juego en sí, y en ese aporte los entrerrianos fueron superiores por intensidad e intenciones.

La dinámica no exenta de buen fútbol que propuso durante todo el certamen de la LPF el conjunto dirigido por Facundo Sava, en el que terminó décimo con 40 puntos desarrollando una muy buena campaña que lo exculpó del descenso, algo en lo que cayó por malas temporadas anteriores que excedieron al «Colorado», se hizo extensiva al juego de este miércoles.

Y en ese aspecto la superioridad de los entrerrianos se aposentó en una unidad futbolística diferente a la de este Boca de Hugo Ibarra que tuvo los 11 jugadores cambiados respecto del equipo que el ´pasado domingo se consagró campeón de la LPF tras empatar con Independiente.

El argumento del técnico formoseño para modificar en un ciento por ciento la formación titular de un juego a otro se apoyó en el cansancio manifiesto, físico y mental, de los futbolistas que acababan de consagrarse campeones del certamen local.

Claro que esto conllevaba implícito un riesgo, más allá de que muchos de ellos, sobre todo los componentes de la media cancha, Cristian Medina, Esteban Rolón y Martín Payero, ya habían jugado juntos en el cotejo anterior de esta Copa Argentina que le ganaron a Quilmes.

Pero en los últimos antecedentes y ya del lado de Patronato, los últimos pasos ante los dos más grandes del fútbol argentino, River Plate, al que eliminó por penales en la instancia previa de esta Copa Argentina, y el propio Boca, al que avasalló por 3 a 0 en Paraná por la LPF, animaban también a los rojinegros entrerrianos a ir por todo sin importar la instancia ni la camiseta que tenían enfrente.

Y de tanto ir y buscar, este Patronato que es «picante» en ataque (marcó 31 goles en el campeonato de la Liga Profesional) llegó al gol, merecido a esa altura, a través del potente delantero Marcelo Estigarribia, apenas superada la media hora de partido, que en un pique largo le ganó con el cuerpo al endeble Facundo Roncaglia.

Desde entonces y hasta la conclusión del primer tiempo las características del partido no se modificaron por la plausible actitud de Patronato, que pese a la ventaja siguió yendo por más ante un Boca inconexo y sin ideas.

Sin embargo en el arranque del complemento Sava vio cosas que no le cerraban del todo y realizó dos variantes de movida, tocando el cincuenta por ciento de la línea de cuatro defensiva, que fue toda su ala izquierda, con las salidas de los amonestados Juan Cruz Guasone y Lucas Kruspzky.

Lo de Boca, en tanto, con los 11 del comienzo, trató de mostrar otra cara y buscó atacar con más ímpetu, tratando de aprovechar especialmente a un Sebastián Villa que había quedado muy aislado en la etapa inicial.

El colombiano se fue desde la izquierda del ataque boquense, donde no había podido con la efectiva marca de Raúl Lozano, hacia el medio, y desde allí entró un poco más en contacto con el balón.

Y su jerarquía terminó haciendo el resto cuando poco antes de la media hora enganchó dentro del área del «Patrón» y fue derribado por el capitán Carlos Quintana, generándose el consecuente tiro penal que el propio Villa transformó en el empate rematando a la izquierda de Facundo Altamirano, que se arrojó hacia su derecha.

A partir de allí el desarrolló se volvió más friccionado, porque los jugadores de Patronato fueron con mucha vehemencia a cada pelota dividida, obligando al árbitro Yael Falcón Pérez a amonestar a ocho de ellos contra ninguno del «xeneize».

Y en el final Patronato volvió a ser el del comienzo, el del primer tiempo, apretando a Boca contra Javier García y provocando un par de tiros libres desde los costados del área auriazul que generaron riesgo cierto para el campeón de la LPF.

Pero ya nada iba a modificarse y la historia se iba a dirimir definitivamente desde los 12 pasos, en la primera experiencia de Boca en este torneo y la segunda de Patronato después de la mencionada frente a River.

Y en esta instancia Patronato tiene a un gigante del arco como el ex Banfield, Facundo Altamirano, que ante River había contenido tres penales en la serie de penales y este miércoles repitió en igual cantidad, aunque frente a los «millonarios» había atajado otro durante los 90 minutos.

De esta manera Patronato repitió lo de Gimnasia y Esgrima La Plata en 2018, cuando eliminó sucesivamente a River y Boca para llegar a la final que luego perdió con Rosario Central.

Pero ahora Patronato tendrá la posibilidad de agrandar su historia hasta lo indecible, ya que si el domingo en Mendoza vence a Talleres, de Córdoba, que dejó en el camino a Banfield, se habrá clasificado nada más y nada menos que a la Copa Libertadores 2023, aunque el año próximo deba militar en la Primera Nacional.

Y esta final tendrá dos hechos inéditos, ya que la protagonizarán por primera vez dos equipos del interior del país, que además están en ambos casos indirectamente afiliados a la AFA, por lo que en caso de descender de la Primera Nacional lo hacen al Federal A y no a la Primera B Metropolitana.

Talleres 1-Banfield 0

Talleres, de Córdoba, que se vio superado por Banfield durante la mayor parte del encuentro, finalmente logró clasificarse a la final de la Copa Argentina al mejorar en el tramo final y con el oportunismo del uruguayo Michael Santos, que generó un error defensivo del rival a los 33 minutos del segundo tiempo, terminó imponiéndose por 1 a 0.

De este modo, el conjunto cordobés llega por segundo año consecutivo a la final de la Copa Argentina, que ofrece una plaza para la fase de grupos de la Copa Libertadores 2023.

En cambio, Banfield que había llegado a las semifinales en su mejor desempeño histórico en el certamen bajo la conducción de Claudio Vivas y con el goleador del torneo, Jesús Dátolo (4), paradójicamente ambos despedidos hace pocas semanas, esbozó una vez más su falta de resolución para convertir lo que genera.,

En los primeros pasajes del juego fue Banfield el que tomó la iniciativa con la mayor posesión de la pelota y la continua rotación de sus volantes y delanteros, bajo la conducción de Nicolás Bertolo.

Así pudo generar algunas aproximaciones peligrosas hacia la valla adversaria, aunque algunas erróneas decisiones para definir y la firme defensa cordobesa le impidieron sacar alguna ventaja.

A la vez, Talleres, con el repliegue de su última línea para contener el embate banfileño, se dispuso atento para generar algunas rápidas réplicas en busca de sacar provecho por algún espacio que dejaba el rival en su adelantamiento.

En esas llegadas que generaba el ‘Taladro’, contó con una muy clara por la asistencia de Juan Cruz para la espada de Ramiro Enrique, que al superar a Matías Catalán remató desde una posición incómoda ante la salida de Alan Aguerre, por lo que el tiro se le fue desviado, a los 24 minutos.

Más tarde, sucedió una curiosa y desgraciada situación debido a que ante una pelota que salió al lateral, después que la defensa de Banfield cortara un avance adversario, el extremo derecho de Talleres Diego Valoyes, pateó muy fuerte la pelota para descargar su bronca.

Eso derivó a que la misma rebotara en uno de los carteles publicitarios y fuera a golpear en el parietal izquierdo del juez de línea número 2, Gabriel Chade, que estuvo aturdido por un par de minutos y que por esa acción el árbitro Germán Delfino terminó por amonestar al colombiano.

Posteriormente, el técnico todavía interino de Talleres, Javier Gandolfi, que podría ir al cuerpo técnico de Martín Demichelis si este asume en River Plate, optó por realizar dos cambios en busca de mejorar el accionar del equipo con los ingresos de Gastón Benavidez por Julio Buffarini y Gonzalo Álvez por Francisco Pizzini, a los 39 minutos del primer tiempo que poco le aportaron.

Por otro lado, en los instantes finales del primer capítulo, Banfield debió sustituir al lateral izquierdo venezolano Luis Mago al recibir en forma accidental un fuerte golpe en parietal derecho, con un pequeño corte, por un codazo de Diego Valoyes, ingresando Áaron Quirós

Otro cambio obligado sufrió el equipo bonaerense, a poco de iniciado el segundo tiempo por una fuerte dolencia muscular en la pierna izquierda que acusó Bertolo, suplantado por Julián Palacios.

A todo esto, el juego continuó con el predominio de los dirigidos por Javier Sanguinetti y al igual que en la primera parte, con llegadas peligrosas pero sin la precisión necesaria para resolverlas.

El opaco trabajo del conjunto cordobés recién comenzó a iluminarse al promediar el último capítulo, así fue que Valoyes pudo generar la primera ocasión en el partido de un remate peligroso para el arco de Facundo Cambeses, que lo supo contener, a los 20 minutos.

Los de la ‘T’ crecieron en su labor a la medida que su rival acusó el cansancio de algunos de sus valores, que le hicieron disminuir su rendimiento.

A eso Talleres le sumó la presión alta para inquietar el fondo ‘albiverde’ y de ese modo el uruguayo Santos lo apuró a Alejandro Maciel, que pifió la pelota al querer despejar, con lo que facilitó la entrada franca del delantero, que venció a Cambeses con un tiro bajo y cruzado, a los 33 minutos.

Quien comenzó a marcar el rumbo de la victoria ‘tallarín’, Santos debió dejar el campo por una fatiga muscular en su pierna izquierda, los 40 minutos, como producto de todo el esfuerzo que realizó en el complemento, sustituido por Diego Ortegoza.

Con la ventaja alcanzada, el vencedor se mostró mejor como para justificar el éxito, aunque debió sufrir hasta el final, porque en esos instantes el ingresado Andrés Chávez estuvo cerca de igualar al sacar un tiro cruzado, que fue cubierto por Alan Aguerre al desviarlo con su brazo izquierdo.

La locura se desató en los festejos de los más de 16 mil hinchas de Talleres, que alentaron a su equipo en forma permanente y que aún antes de terminar ya habían lanzado algunas bengalas desde las tribunas.