El secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, destacó que el programa Precios Justos, que ya rige en todo el país con casi 2.000 productos en oferta, «es un puente de plata hasta que otras medidas surtan efecto» y, por lo tanto, «desinfla la expectativa inflacionaria».

«Una medida como este acuerdo voluntario de precios jamás va a resolver por sí sola el problema inflacionario», aclaró De Mendiguren en declaraciones a Radio Rivadavia, y remarcó que «lo que genera, bien hecho y si se cumple, es un puente de plata hasta que las otras medidas surtan efecto». En esta línea, sostuvo que «medidas de este tipo desinflan la expectativa inflacionaria mientras las otras medidas van surtiendo efecto».

«Por ejemplo, si uno se sienta hoy a la mesa y proyecta la inflación pasada para el futuro lo que hace es echarle nafta al incendio», planteó el funcionario.

Seguidamente, De Mendiguren explicó que «la inflación tiene mucho de estructural, que tiene que ver con las políticas monetaria y fiscal, el orden fiscal, y en eso último, (el ministro de Economía) Sergio Massa, desde hace 90 días que está en el cargo, puso el eje», subrayó.

Asimismo, el titular de Industria y Desarrollo Productivo sostuvo que Precios Justos es una medida que «había que hacerla» porque «hace noventa días estaba al borde de una situación que, como industrial, no tenía donde pararme, porque iba a haber una devaluación brusca».

«En menos de noventa días, primero hubo que estabilizar las variables, algo que en ese marco era imposible cualquier cosa, y para salir de esa situación compleja, (Massa) arregló y terminó la segunda etapa con el Fondo Monetario Internacional; viajó al exterior, donde le dijeron no solamente que nos renovaban los créditos que tenían, sino que nos ofrecen más», puntualizó.

A ello, se sumó la «segunda misión, arreglar el Club de París», sobre lo cual -enfatizó- «dijeron que no íbamos a acumular reservas porque no iban a poner ni US$ 2.000 millones y pusieron US$ 8.000 millones».

Por último, destacó que el dólar «en vez de estar camino a $ 400, está en $ 300», y que «en vez de (haber una) devaluación brusca, que muchos pretenden y quieren, fuimos a bajar el peso del paralelo, no pegar una brusca devaluación donde en estas condiciones de bajo nivel de reservas, más la inflación y el poder adquisitivo del salario, nos destrozaba», concluyó De Mendiguren.