Kilómetros y kilómetros de pesadas rocas extraídas de la cantera de Mar del Plata bordean la Ruta 11 en el camino de esa ciudadhacia Santa Clara del Mar. Desde hace un año medio, a lo largo de la costa acantilada entre ambos distritos se ejecuta, en forma silenciosa, la megaobra de defensa costera que busca proteger la ruta 11 del daño provocado por la erosión y recuperar playas en el norte de la ciudad.

“Es la obra de defensa costera más importante de los últimos años”, graficó el subsecretario de Recursos Hídricos de la Provincia de Buenos Aires, Guillermo Jelinski, al brindar precisiones sobre el avance de los trabajos: ya se ejecutó “casi el 50%” y estimó que la obra podría estar lista antes del 2025.

La obra de protección del frente costero se emplaza en el tramo de 8,5 kilómetros que comienza en la calle Houssay, en inmediaciones de la Planta de Tratamiento de Residuos Cloacales, hasta la intersección con la Ruta 11 y la avenida Orensanz en Santa Clara del Mar.

Se licitó en febrero con un presupuesto de más de $500 millones -cifra que se duplicó en este tiempo debido a la inflación-, la ejecuta la empresa “Alpa Vial S.A” y tiene como objetivo proteger los sectores de costa mediante la realización de defensas escolleradas y rellenos artificiales de arena que limiten el retroceso del barranco e incrementen la superficie y capacidad defensiva de playas existentes.

Jelinski brindó precisiones sobre el avance, los plazos y la importancia de esta megaobra.

“Es una obra muy linda e importante que consiste en intervenir cuatro sectores en los que se hacen escollerados que permiten proteger los lugares donde se va comiendo la costa y pone en peligro la ruta”, dijo.

Las gigantes piedras se visibilizan sobre el acantilado, pero el foco de lo que se hace está puesto debajo, en la base, aunque el objetivo de fondo es “proteger a la ruta 11 de la erosión costera para evitar que se venga abajo”.

¿Peligro de derrumbe? Sí. Revertir el riesgo de derrumbe fue “la principal definición de para hacer esta obra”, admitió el funcionario provincial.

“Hoy estamos en el 50% de ejecución y en un año más podríamos tener terminada la parte más importante, aunque el plazo es de 4 años y se completaría antes de 2025”, indicó el subsecretario de Recursos Hídricos del Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires, área que conduce el ministro Leonardo Nardini.

Las condiciones del lugar y la necesidad de ejecutar esta megaobra “evidencian el cambio climático y la crecida del nivel del mar en la zona”, apuntó Jelinski.

En los últimos años, el oleaje en este sector de la costa que conecta a General Pueyredon con el Partido de Mar Chiquita, comenzó a crecer. Las olas empezaron a golpear en zonas más blandas de las rocas del acantilado. En consecuencia, el paredón natural se deteriora progresivamente por la erosión y se redujo al mínimo la playa en varios tramos de estos más de 8 kilómetros junto a la ruta.

El ingeniero Jelinksi, en base a los estudios técnicos realizados antes de iniciar la obra, señaló el “fuerte impacto” de sectores del acantilado “afectados por el oleaje” y el proceso de infiltración de la lluvia. Lo que sucede es que luego de las precipitaciones, el agua se acumula dentro del acantilado, por ende ejerce mayor presión y se vuelve más suceptible al mar salado que lo va devorando.

¿Qué dicen esos estudios? En el pliego de la licitación de la obra de defensa costera se detalla que esa zona “presenta escasa o prácticamente nula superficie de playa a su pie, encontrándose en un permanente proceso erosivo por la acción del oleaje coadyuvado por el proceso de infiltración del agua de lluvia”, por lo que está en permanente retroceso de la línea del acantilado, lo que pone en riesgo la traza de la Ruta Provincial N°11 y la bicisenda.

Según datos del Departamento Costa Marítima, entre los años 1982 y 2004 la línea costera retrocedió más de 4 metros. No hay mediciones de la última década, pero el retroceso -se estima- es mayor. Regulares visitantes de las pequeñas playas de la zona, muchas de ellas formadas entre grandes rocas y el acantilado, comparten esa misma observación.