El ministro de Defensa, Jorge Taiana, aseguró que la Argentina mantendrá el reclamo de soberanía en Malvinas a través de «la constancia, la persistencia y la firmeza», recordó que se trata de una «política de Estado» y cuestionó al Reino Unido por el incremento de la militarización en las islas, lo que denunció como una «presencia amenazante, ilegal e ilegítima».

Taiana hizo esa referencia durante su participación en el acto central en conmemoración del 41 aniversario del inicio de la guerra de Malvinas llevado a cabo en la ciudad de Ushuaia, donde estuvo presente junto al gobernador fueguino Gustavo Melella; el ministro de Cultura, Tristán Bauer, y el intendente de la capital fueguina, Walter Vuoto, entre otras autoridades provinciales y nacionales.

Al pronunciar un discurso en la Plaza Islas Malvinas de Ushuaia, el titular de Defensa afirmó que el Gobierno nacional «seguirá insistiendo» para que el Reino Unido se «siente a negociar» la soberanía de Malvinas y le adjudicó a su negativa a hacerlo una característica «escandalosa» por «tratarse de una potencia con privilegios al ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas».

«Tiene derecho a veto. Es uno de los cinco países que poseen mayores responsabilidades globales», criticó al referirse a la reticencia de Londres a iniciar negociaciones por la soberanía pese a las declaraciones de la asamblea general de las Naciones Unidas que exhortan a ambos países a retomar el diálogo por el conflicto.

Taiana también se refirió al tratado vigente en el Atlántico Sur que lo establece como una zona de paz y advirtió que la presencia británica en las islas y en el espacio marítimo circundante cada vez con más armamento y pertrechos bélicos contradice todo lo que establece esa normativa internacional.

«El único problema para la paz en el Atlántico Sur son los propios ingleses», alertó en ese punto, para luego criticar los antecedentes británicos por «violar la ley y comportarse como lo que han sido durante siglos: ladrones de tierras y de riquezas y asesinos de pueblos en los países del sur global».

Por otra parte, el titular de la cartera de Defensa destacó la decisión del Gobierno de Alberto Fernández de derogar el acuerdo «Foradori-Duncan» suscripto en 2016 por la administración del expresidente Mauricio Macri, a la vez que enumeró medidas tendientes a controlar tanto el espacio aéreo como la pesca en las zonas aledañas a Malvinas.

Entre esas decisiones citó la instalación de un radar en la ciudad de Río Grande, el funcionamiento de una escuadrilla de aviones Pampa en Río Gallegos (Santa Cruz) y la creación del Comando Conjunto del Atlántico Sur, y aseguró que «este año no hubo un solo barco que haya ingresado a pescar ilegalmente a la zona económica exclusiva de nuestro país».

También destacó que el fortalecimiento de las capacidades militares de vigilancia, el aumento del poder de disuasión y la integración estratégica con otros países de la región y del mundo terminarán forzando al Reino Unido a sentarse a negociar la soberanía de las Islas Malvinas.

El gobernador Melella llamó a mantener la firmeza del reclamo de soberanía hacia el exterior del país «pero también hacia adentro».

«Es muy triste observar el discurso de algunos sectores en nuestro propio país atacando la soberanía sobre Malvinas, igual que lo hacen con la ley de promoción industrial y con Tierra del Fuego en su conjunto», alertó.

«Nuestra provincia es un lugar estratégico. No se cambia por vacunas, ni por recursos económicos o naturales», aseveró, en alusión a manifestaciones de tiempo atrás de la titular del PRO y precandidata presidencial Patricia Bullrich.

El intendente Vuoto calificó al pacto Foradori-Duncan como «vergonzoso» y lo consideró una «entrega de recursos naturales» por haber planteado «la eliminación de obstáculos» para que el Reino Unido pudiera explotar esos bienes, sumado a que se favorecía la conectividad aérea con las islas.

Además, remarcó la decisión de crear una Secretaría de Estado sobre la cuestión Malvinas que quedó incluida en el texto de la Carta Orgánica municipal reformada el año pasado. Y se refirió a instituciones locales como el museo Pensar Malvinas, donde «miles de turistas, incluido británicos, acuden a diario a interiorizarse sobre el reclamo argentino de soberanía sobre el archipiélago».

«Ser la capital de Malvinas nos llena de orgullo pero también de responsabilidades. Mantenemos como compromiso inalterable la recuperación pacífica de las islas. Luchamos contra un colonialismo retrógrado, pero desde un lugar que siente y respira esta causa como tal vez ningún lugar del país», sostuvo Vuoto.

El presidente del Centro de Ex Combatientes de Malvinas en Ushuaia, Conrado Zamora, reconoció el avance que implicó derogar el acuerdo Foradori-Duncan y solicitó a las autoridades «seguir el mismo camino con los acuerdos de Madrid I y II». Zamora pidió avanzar en el control de la pesca ilegal en la cuenca de Malvinas, porque «la tercera invasión inglesa no será militar sino económica».

Y señaló que Gran Bretaña tiene una política de Estado que excede las Islas Malvinas y que involucra también al continente antártico.

El acto central se desarrolló en la Plaza Islas Malvinas, en una jornada soleada, con cielo despejado y una temperatura que osciló entre 8 y 9 grados.

La ceremonia incluyó el izamiento de una bandera de gran tamaño (en este caso donada por Gendarmería Nacional) que flameará todo el año en el mástil llamado Puerto Argentino, ubicado en la misma plaza, junto al Monumento a los Caídos en el conflicto bélico. También se incorporaron placas con los nombres de los soldados fallecidos en la guerra y se arrojaron flores al mar.

El exvicepresidente Julio Cobos, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Eduardo Valdés, y los embajadores de Bolivia, Cuba, Pakistán y Panamá, junto con diplomáticos de Palestina y Serbia, asistieron al acto donde también estuvieron otros diputados y autoridades de las tres Fuerzas Armadas.