Boca Juniors terminó empatando sin goles ante Monagas, en Venezuela, su partido debut en el Grupo F de la Copa Libertadores, con dos futbolistas menos por las expulsiones de sus zagueros centrales Bruno Valdéz y Facundo Roncaglia, ambos faltando cinco minutos para finalizar cada período, y aun así mereció la victoria.

Lo de Boca en los primeros 10 minutos fue un concierto de juego directo con llegadas como para empezar a armar un resultado y, consecuentemente con ello un partido que después, en el devenir de su transcurso, poder manejar con mejores perspectivas.

Pero entonces Sebastián Villa, Guillermo Fernández y Darío Benedetto empezaron a chocar con el arquero Orlando Mosquera y entonces, a partir del cuarto de hora ese ímpetu ofensivo «xeneize» decayó y le permitió a los venezolanos, tímidamente, salir desde el fondo primero y plantear un desarrollo de ida y vuelta después.

Y en ese ir y venir de la primera etapa Boca pasó algunas zozobras, en ciertos casos por impericia defensiva y en otras por falos muy puntuales en su zaga central, donde Facundo Roncaglia y Bruno Valdéz no son precisamente garantías de seguridad.

Primero el paraguayo sincronizó mal una salida de un pelotazo largo de la defensa rival con el arquero Sergio Romero y a punto estuvo Fernando Basante de convertir para los locales.

Y cuando iban 40 minutos de ese período inicial volvió a fallar Valdéz y se vio obligado a cometer una infracción que derivó en su expulsión con tarjeta roja directa.

Y la ratificación de esta situación se confirmaría en el mismo minuto del segundo tiempo, cuando Roncaglia se ganó la segunda tarjeta amarilla y la consecuente roja por una mano a destiempo que mereció la amonestación del árbitro brasileño Wilton Sampaio.

Por lo tanto Boca finalizó el primer tiempo jugando con 10 hombres y el partido con nueve y una zaga central a la que volvió Nicolás Figal, al que el director técnico interino Mariano Herón había confinado al lateral derecho desde el partido anterior en que debutó como entrenador de primera frente a Barracas Central.

Por lo pronto, lo concreto es que para el próximo encuentro de esta Libertadores, cuando el 18 de abril reciba a Deportivo Pereira (el miércoles empató 1 a 1 en Colombia frente al chileno Colo Colo), los dos marcadores centrales tendrán que ser otros. Aunque quizá para entonces ya no sea Herrón el que lo decida, sino el entrenador «tapado» que el vicepresidente Juan Román Riquelme podría «destapar» en esta Semana Santa.

Sin embargo, pese a la inferioridad numérica Boca siguió atacando con dos futbolistas menos, y en esos 11 minutos (hubo seis de descuento), como durante todo el partido, Sebastián Villa fue su farro en ataque, creándose situaciones para convertir por cuenta propia hasta transformarse en la figura del encuentro.

La menor jerarquía de Monagas permitía esas «licencias» también, porque un equipo que juega como visitante por Copa Libertadores con dos hombres menos restando cinco minutos para los 90 de rigor y en una primera fecha, difícilmente se anime a atacar, sino que preferirá normalmente protegerse para conserva el punto cosechado hasta ese momento.

Pero no por nada Argentina sigue invicto en su visita a equipos venezolanos a lo largo de la historia, con 15 presentaciones entre las que sumó 11 triunfos y cuatro empates, señalando 36 goles y recibiendo apenas siete.

De todas maneras, bien que ante equipos sin historia y una marcada modestia, este Boca de Herrón se quedó con el arco en cero ante barracas Central (ganó 3-0) y este jueves. Habrá que ver si todo su palmarés se reduce a estos dos encuentros, seguirá el fin de semana ante Colón y nada más, o su interinato se transformará en confirmación, tal como les sucedió a sus dos inmediatos antecesores, Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra, al que acaba de reemplazar.