El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que el organismo está trabajando con la Argentina de manera «constructiva» para afrontar la «muy desafiante y compleja» situación económica que atraviesa el país, exacerbada por la histórica sequía.

Así lo indicó la vocera del organismo, Julie Kozack, en el marco de la conferencia de prensa que suele brindar en Washington cada jueves por medio, al referirse a las negociaciones virtuales en curso por la quinta revisión del programa de facilidades extendidas existente con la Argenitna.

«Estamos trabajando muy de cerca con las autoridades argentinas en el contexto del programa para abordar la muy desafiante y compleja situación», dijo Kozack.

«El enfoque de las discusiones que están en curso ahora para la quinta revisión ha sido el fortalecimiento del programa de las autoridades, teniendo en cuenta también el impacto de la sequía», detalló la vocera del organismo multilateral.

Respecto del estatus de las negociaciones por la quinta revisión, reiteró que estuvieron «trabajando en estrecha colaboración con la autoridades en el contexto de la situación económica desafiante que la Argentina afronta, que fue exacerbada por la sequía», dijo, luego de recordar que tras la última revisión de fines marzo, se aprobó un desembolso de US$ 5.400 millones para el país.

Kozack señaló que el organismo multilateral apunta a fortalecer el programa con la Argentina, teniendo en cuenta la «histórica sequía» que afrontó el país este año.

Ante la inquietud de cómo se están desarrollando las deliberaciones, de si habrá un cambio significativo en las metas y eventuales adelantos en los desembolsos de los fondos acordados para el corriente año, Kozack dijo que «las discusiones que están teniendo ahora son constructivas y virtuales» y que el resultado de las mismas se informarán «en su debido momento».

Según el programa establecido con el Fondo, para lo que resta del año existen desembolsos previstos por 10.460 millones de dólares.

Para que esto suceda, el programa acordado en marzo del año pasado establece que la Argentina debe cumplir con las metas pautadas para el período y que los desembolsos se concretarán en tres tramos, los meses de junio, septiembre.y diciembre.

El Gobierno, por su parte, busca reformar ese programa, cuyos objetivos se tornaron más difíciles de cumplir debido al impacto que tuvo la sequía en las cuentas externas y lograr un adelanto de ese desembolso de 10.640 millones de dólares, con el objetivo de calmar las expectativas y reforzar las reservas del Banco Central en medio del año electoral.

El mercado especula con que habrá un nuevo retoque en la meta de reservas, y eventualmente nuevos objetivos en el plano fiscal, entre otros puntos.

Días atrás, el ministro de Economía, Sergio Massa, afirmó que en las discusiones que se llevan adelante con el FMI «está todo sobre la mesa en la discusión, absolutamente todo. Y, además, hay una cuestión que para nosotros es central, que es la capacidad de intervención del Banco Central, que es irrenunciable».

Massa dijo esto el miércoles en el cierre de una jornada organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (Amcham).

El impacto de la sequía, que implicará una pérdida de cerca de US$ 20.000 millones este año -según puntualizó el ministro-, implicó un «cambio de juego» en el escenario que se avizoraba a finales de 2022, y es el punto central en el marco de las discusiones que el Gobierno mantiene con el organismo para reformular el cronograma de desembolsos y modificar las metas acordadas en marzo de 2002.

Los años político-electorales en la Argentina siempre generan la dolarización de carteras ante esta sensación de incertidumbre. Queremos que el Banco Central tenga capacidad de intervención, no para distorsionar mercados, sino herramientas para generar certidumbre, tranquilidad, en momentos en que la incertidumbre política puede generar alguna situación de dificultad», afirmó Massa en esa oportunidad.