Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron este jueves 25 de mayo el mayor simulacro con fuego real en su historia contra instalaciones militares de Corea del Norte, pese a sus recurrentes advertencias de una respuesta «abrumadora» a lo que ve como ensayos para invadirla.

El Ejercicio, el primero de su tipo en seis años, conmemoró el 70º aniversario de la alianza forjada entre Estados Unidos y Corea del Sur tras el armisticio de la Guerra de Corea (1950-1953) contra Corea del Norte, que técnicamente sigue abierta.

El simulacro se realizó en el polígono de tiro de Seungjin, también conocido como Nightmare Range (Campo de Tiro Pesadilla), de la localidad fronteriza de Pocheon, a 52 kilómetros de la capital Seúl.

El ejercicio durará hasta el 15 de junio y llega en momentos de tensiones particularmente elevadas entre los aliados y el régimen comunista norcoreano del líder Kim Jong-un.

Estados Unidos y Corea del Sur se han mostrado alarmados por el desarrollo norcoreano de sistemas de armamento que consideran amenazantes, como drones de ataque nuclear submarino y un cohete de combustible sólido.

En marzo, la poderosa hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, advirtió de una respuesta «abrumadora» a las «ostentosas acciones militares» de los aliados, que, según dijo, «han ido demasiado lejos y se han convertido en extremadamente irracionales».

En el ejercicio se utilizaron sistemas de armas como cazas evasores de radar F-35A, helicópteros de ataque AH-64 Apache, tanques de combate K-2 y sistemas de lanzacohetes múltiples, dijo el Ministerio de Defensa surcoreano en un comunicado.

Las maniobras, llamadas “simulacros combinados de potencia de fuego de aniquilación”, son los más grandes de su tipo. Se han realizado 11 veces desde que comenzaron en 1977, según el Ministerio de Defensa de Corea del Sur.

Los simulacros involucraron a 2.500 soldados y 610 sistemas de armas, dijo la nota del Ministerio, informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

Los soldados simularon ataques aéreos y de artillería en instalaciones militares norcoreanas de primera línea en respuesta a un ataque, explicó el Ministerio de Defensa.

Posteriormente, las tropas practicaron ataques guiados con precisión contra objetivos simulados en las áreas traseras para “aniquilar por completo” las amenazas militares de Corea del Norte, agregó el comunicado.

Desde principios de 2022, Corea del Norte probó más de 100 misiles, pero ninguno desde que disparó un misil balístico intercontinental de combustible sólido a mediados de abril.

Corea del Norte asegura que las pruebas representan una respuesta a los ejercicios militares ampliados entre Estados Unidos y Corea del Sur, con los que técnicamente sigue en guerra a falta de un tratado de paz que cerrara la Guerra de Corea.

Observadores dicen que, al mismo tiempo, Corea del Norte avanza en su desarrollo de armas para luego obtener mayores concesiones de sus rivales en una eventual negociación diplomática.

Corea del Norte desarrolló y probó armas atómicas desde 2006, que dice necesitar para disuadir una invasión estadounidense desde Corea del Sur, donde Estados Unidos tiene estacionados 28.500 soldados.

Corea del Norte aún no respondió al inicio de los ejercicios, pero el viernes pasado, medios estatales calificaron los simulacros como «un ensayo de guerra típico dirigido a Corea del Norte».

La agencia de noticias de Corea del Norte (KCNA) dijo que Estados Unidos y Corea del Sur enfrentarían «respuestas correspondientes» -que no especificó- a los simulacros de hoy.

Reunidos en Washington, los presidentes estadounidenses, Joe Biden, y surcoreano, Yoon Suk Yeol, anunciaron el mes pasado medidas para reforzar sus capacidades de disuasión, como el atraque periódico de submarinos con armas nucleares.

Biden agregó una advertencia contundente de que cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados «resultaría en el fin de cualquier régimen» que tomara tal acción.